El dolor de talones y en la planta del pie es comúnmente causado por una…
condición conocida como fascitis plantar. Esta afección se debe a la inflamación de los tejidos de soporte localizados en la planta del pie. Frecuentemente, se forma un espolón, o protuberancia ósea, en el hueso calcáneo (talón), donde se inserta este tejido. Esta situación se produce por la tracción que los tejidos plantares ejercen sobre el recubrimiento del hueso calcáneo (periósteo). La fascitis plantar es una condición que puede afectar tanto a adolescentes como a adultos.
La inflamación en el tejido de la planta del pie puede ser resultado de un desgarre agudo, como los que ocurren al correr, aunque es más comúnmente causada por sobreuso o problemas en el mecanismo del pie. Este problema es especialmente común en corredores que aumentan sus distancias de entrenamiento, y también puede aparecer al caminar distancias excesivas, particularmente en personas con problemas en el arco longitudinal del pie, como el pie plano.
La fascia plantar es un tejido similar a un tendón que soporta el arco longitudinal del pie. Está formada por tres bandas de tejido fibroso que se insertan en el calcáneo y en la parte anterior, en la base de los dedos de los pies. En casos crónicos, el dolor de talones puede manifestarse con los primeros pasos después de levantarse, o después de estar sentado por mucho tiempo e intentar levantarse.
Generalmente, los pacientes presentan dolor de talones al palpar la zona interna del talón. Es importante evaluar el arco del pie del paciente al estar de pie, contracturas en los músculos de las pantorrillas o debilidad en los músculos peroneos. Es crucial considerar otras posibles causas del dolor de talones, como neuropatías, enfermedades reumáticas o problemas de columna vertebral.
En muchos casos, una radiografía del talón puede revelar la formación de un espolón en el hueso calcáneo. Sin embargo, es importante recordar que los espolones también pueden aparecer en pacientes con artritis reumatoide, síndrome de Reiter, artritis psoriática o espondilitis anquilosante.
El tratamiento para estos pacientes se enfoca principalmente en reducir la inflamación de los tejidos. Luego, se complementa con ejercicios para recuperar la tensión adecuada y corregir cualquier problema articular en el pie. En algunos casos, puede ser necesario considerar técnicas de tejido blando, como la técnica de Graston, que ayuda con la fascitis plantar. Si se trata de un espolón, dependiendo de su tamaño, puede ser recomendable el uso de una talonera.
Es también esencial evaluar si el paciente tiene una pierna más corta que la otra, ya que esto puede aumentar el peso sobre un pie y causar más molestias y dolor de talones. Por eso, un enfoque sistémico que considere todo el cuerpo, y no solo el talón, es ideal para tratar el dolor de talones.
En los casos en que el tratamiento conservador no sea exitoso, la intervención quirúrgica puede ser necesaria. El objetivo final es siempre reducir la inflamación, aliviar el dolor y mejorar la función del pie para que el paciente pueda volver a sus actividades normales sin molestias.